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Cuerdos Vocales mostró la excelencia de su folclore urbano junto a la Charo

El grupo vocal argentino de folclore Cuerdos Vocales concretó anoche junto a la incendiaria presencia de Charo Bogarín la tercera velada de su ciclo en la colmada sala porteña de Espacio Tucumán, mostrando el vuelo de su interpretación y el abordaje de un género nativo que no reniega de su componente urbano.


La voz, el instrumento más primitivo del ser humano, adquiere en los cuerpos de los integrantes del conjunto creado y dirigido por Gastón Dvoskin una espesura que expone sus posibilidades expresivas puestas al servicio de unas músicas con memoria y novedad que buscan la belleza.


Frente a sus micrófonos y en sexteto o en diversos formatos más pequeños, Jazmín Laurenza, Alejandro Randazzo, Alejo Trosman, Ingrid Fainstein Oliveri, Bernardo Guarrochena y Julia Serafini lucieron sus talentos interpretativos puestos al servicio de un concierto tan certero como placentero.


Apenas el aporte de una caja chayera a veces utilizada por Laurenza acompañó el entramado sonoro de las jóvenes privilegiadas voces y los inspirados arreglos con que Cuerdos Vocales asume el riesgo de hacer folclore desde la ciudad sin atarse a las fórmulas maniqueas ni del género ni del formato vocal.


El desafío pero, a la vez, la naturalidad con que el conjunto lo respira y canta se va desplegando en cada fragmento de un repertorio que recorre diferentes regiones, estilos y tiempos para ir construyendo un discurso propio, placentero y contundente.


Pasadas las 21.30 el recital comenzó con Arriba quemando el sol, clásico de Violeta Parra que había cerrado el segundo encuentro de esta convocatoria de la agrupación en Espacio Tucumán junto a Milena Salamanca, y siguió con la chacarera Debajo de unos árboles y el bailecito Cuando nada te debía para el que se sumaron las bailarinas Melissa Fantini y Gabriela Díaz.


Enseguida Serafini, Fainstein Oliveri, Randazzo y Guarrochena compartieron a capella la notable Flor en la nieve, pieza de Ignacio Vidal con arreglos de Santiago Segret que, como bien señaló Dvoskin, "nos sirve para mostrar el tipo de folclore desde la ciudad que es el que hacemos".


Y, en esa misma cuerda, los varones Trosman, Guarrochena y Randazzo asumieron Pobre mi negra (que integra el repertorio del trío Aca Seca) y Coplas al agua, de Juan Quintero e integrante de aquel terceto.


A la hora de las mujeres, Fainstein Oliveri, Serafini y Laurenza entregaron La estrella azul, de Peteco Carabajal, y la inspirada visita a Canción del jardinero a partir de arreglos de Dvoskin, sumó la pintura en vivo y a mano de Santiago Colombatto que irrumpió como un retrato de Santiago Maldonado.


La esperada y energizante presencia de Bogarín llegó con dos canciones de su repertorio solista plasmado en La Charo (2017), el fantástico Sumaj Pachamama y Coplitas en siete, en ambos casos en fecunda conexión con el sexteto vocal anfitrión.


"Es un honor y una alegría estar acá con los Cuerdos Vocales contribuyendo a crear conciencia y una identidad cultural bien nuestra", subrayó la también integrante del dúo Tonolec que estuvo acompañada por su pareja, el actor Juan Palomino.


Con el escenario candente por esos cruces, el sexteto generó un cierre potente donde encadenó Cartas de amor que se queman (a cargo de Guarrochena, Laurenza, Trosman y Fainstein Oliveri) y con elenco completo y el regreso de las bailarines la cautivante Cuando muere el angelito.


Integrando además a Dvoskin en caja y voz llegaron las estupendas coplas anónimas de La fulanita (que el grupo aprendió con Nadia Larcher, la cantante que inauguró este ciclo) y con el director dirigiendo las palmas de los espectadores una personal y festiva aproximación al huayno Doña Ubenza.


Para coronar la celebración musical, Charo volvió al escenario, con la guitarra de Guarrochena entonó La jardinera y Zamba para olvidar y luego de anunciar un homenaje a Mercedes Sosa que estrenará el 14 de junio en el ND Teatro resaltó el carácter de cueca de Volver a los 17, de Violeta Parra que Sosa hizo conocido a nivel mundial.

En la continuidad del ciclo de viernes con cantoras que Cuerdos Vocales ofrece en la sala sita en Suipacha 140 con el aporte del Instituto Nacional de la Música, restan las presencias de Lorena Astudillo (el 28 de junio) y Teresa Parodi (el 26 de julio).


Telam, 18 de mayo de 2019

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